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CADA EDAD TIENE SU JUEGO.

El juego en menores de 18 años es saludable, LAS APUESTAS NO.

¿Qué son las apuestas en los juegos de azar?

Apostar es arriesgar una cantidad de dinero a la posibilidad de ganar en un juego donde interviene el azar, es decir que las posibilidades de ganar o perder

no dependen de las habilidades de quien realiza la apuesta o de factores

externos (como el día, la ropa que lleve puesta, los ganadores anteriores, etc.)

sino que el resultado depende del azar. Aunque confíes en tus estrategias o creas que los factores externos puedan influir, las posibilidades de ganar son las mismas que de perder.

¿Qué son las apuestas ONLINE?

Son cualquier tipo de apuestas que se realicen por internet a través de una plataforma de juego. Estas pueden ser, por ejemplo: póquer, ruleta, dados, otros juegos de casino, apuestas deportivas, etc.

Es importante recordar que cualquier tipo de apuestas, es decir, donde haya dinero de por medio, están prohibidas para menores de 18 años. Por esto es que, en niños, niñas y/o adolescentes, son consideradas conductas de riesgo y que se naturalicen sería considerado un factor de riesgo para dependencias futuras.

 

¿Qué son las apuestas DEPORTIVAS?

Son apuestas donde se intenta predecir los resultados de una actividad deportiva.

Las apuestas deportivas tienen la particularidad del sentimiento de creer “yo de esto sé”. Es decir, que se pone en juego, no sólo el sentimiento de creer que sé sino de “confiar” en habilidades propias y del o los deportistas o equipos, etc.

Se puede desarrollar dependencia a dispositivos de pantalla, a juegos o estar en redes o a lo que los dispositivos y el acceso a internet habilitan.

 

¿Qué significa que sean ilegales? ¿Cuál es la diferencia entre una plataforma legal y una ilegal?

Las plataformas legales, al estar reguladas, no permiten el ingreso de menores y garantizan pautas de juego responsable que protegen al jugador.

Los juegos de apuestas son considerados ilegales para menores de 18 años. Es decir que si un niño, niña y/o adolescente realiza apuestas, lo hace de manera ilegal o avalado por una persona adulta.

En nuestro país las únicas plataformas de juego habilitadas son aquellas cuyo dominio es bet.ar. y se encuentran reguladas por los organismos pertinentes. Si no terminan en bet.ar, son ilegales.

 

¿Por qué es ilegal para menores de 18?

Esto está directamente relacionado con iniciar conductas de riesgo antes de determinada edad (18, 20 años), cuando el cerebro aún se encuentra en desarrollo. Y se ponen en juego el discernimiento, el pensamiento mágico, el registro de realidad, la capacidad de autocuidado se encuentra aún en construcción, entre otras cosas.

Niños, niñas y adolescentes son considerados población de riesgo por la posibilidad de desarrollar una conducta adictiva o generar dependencia.

Es por esto que es importante contemplar las apuestas ilegales como una conducta de riesgo con la que actualmente convivimos y poder evaluar los riesgos de la exposición de los menores de edad a esto.

 

¿Cuáles son estos riesgos y/o consecuencias?

  • Alteraciones del sueño 
  • Mayor irritabilidad
  • Cambios abruptos del estado de ánimo
  • Preocupación constante
  • Aislamiento
  • Pérdida de realidad o falsa percepción de realidad
  • Desvinculación afectiva
  • Dependencia emocional
  • Posibilidad de desarrollar ansiedad y/o trastornos del estado de ánimo a largo plazo
  • Posibilidad de desarrollar dependencia a la conducta

Es por esto que es de suma importancia retrasar las conductas de riesgo y aprender a convivir con el riesgo, siendo las personas adultas quienes ayuden a regular estos comportamientos en los menores.

 

¿Cómo podemos prevenirlo?

Si entendemos a las conductas de riesgo como todo comportamiento que pueda tener consecuencias negativas para la persona o su entorno, (manifestando beneficios inmediatos y riesgos futuros) sabemos que actúan factores de riesgo y de protección.

Entonces, los factores de riesgo serán aquellos que favorezcan o aumenten la probabilidad de la conducta, como por ejemplo: hábitos familiares, ambiente, edad, personalidad, distorsiones, sesgos cognitivos (“ganar dinero”), fácil acceso, influencers, aburrimiento, buscar reconocimiento, aprobación, halago, personalidad impulsiva, tener naturalizada la conducta no saludable, tener acceso ilimitado, pasar mucho tiempo solo/a, entre otros.

Y los factores de protección serían los que ayuden a prevenir o atrasar la conducta, por ejemplo: pasar tiempo con amistades, compartir espacios de recreación con familiares, tener conductas de cuidado por parte de familiares u otros vínculos afectivos.

En ambos casos, va a depender del rol de las personas adultas a cargo del cuidado de niños, niñas y/o adolescentes.

Para esto es importante:

Conocer la relación de cada niño, niña y adolescente con las pantallas o dispositivos con acceso internet:

  • Su comportamiento en relación a los juegos online: si juega a los clasificados para su edad (¿sabías que existen diversas clasificaciones según contenido, nivel de violencia física y verbal o escenas no aptas para edades determinadas, como juegos de apuestas con moneda ficticia?), ¿qué tiempo de su recreación destina a los juegos online? Si se relaciona con personas que no conoce personalmente, etc.
  • Su uso de redes sociales: si tiene propias, si tiene cuentas secundarias, ¿qué contenido sube o comparte?, ¿a quiénes sigue? ¿Quiénes son sus influencers favoritos? ¿Por qué?
    • Si consume plataformas de streaming, si tiene streamers favoritos.
    • Si comparte su vida online con las mismas personas con las que comparte su día a día.
    • Su uso de billeteras virtuales si las tuviese.

 

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